Atividade de Espanhol: Las aventuras de Diego Sawyer – 7º ano

    Atividade de Espanhol, indicada para estudantes do sétimo ano do ensino fundamental, com questões de leitura e interpretação do texto “Las aventuras de Diego Sawyer”.

    Esta atividade de espanhol está disponível para download em modelo editável do Word, pronto para impressão em PDF e também a atividade respondida.

    Baixe este exercício de espanhol em:

• Word: Atividade de Espanhol: Las aventuras de Diego Sawyer – 7º ano – Modelo editável
• PDF: Atividade de Espanhol: Las aventuras de Diego Sawyer – 7º ano – Pronta para imprimir
• Gabarito: Atividade de Espanhol: Las aventuras de Diego Sawyer – 7º ano – Com resposta

ESCOLA:                                                          DATA:

PROF:                                                              TURMA:

NOME:     

Las aventuras de Diego Sawyer

₁   ¡Diego!

    Silêncio.

    – ¡ Diego!

    Silêncio.

₅   – ¡Dónde andará metido esse chico!…  ¡ Diego!

    La anciana se bajó los anteojos y miró, por encima, alrededor del cuarto; después se

los subió a la frente y miró por debajo. Rara vez o nunca miraba a través de los

cristales a cosa de tan poca importancia como um chiquilo: eran aquéllos los lentes

de ceremonia, sua mayor orgullo, construídos por ornato antes que para servicio, y

₁₀ no hubiera visto mejor mirando a través de un par de mantas. Se quedó un

instante perpleja y dijo, no con cólera, pero lo bastante alto para que la oyeran los

muebles:

    -Bueno; pues te aseguro que si te echo mano te voy a…

    No terminó la frase, porque antes se agachó dando estocadas con la escoba por

debajo de la cama; así es que necesitaba todo su aliento para puntuar los escobazos

₁₅ con resoplidos. Lo único que consiguió desenterrar fue el gato.

    – ¡No se ha visto cosa igual que ese muchacho!

    Fue hasta la puerta y se detuvo allí, recorriendo con la mirada las plantas de tomate y

las hierbas silvestres que constituían el jardín. Ni sombra de Diego. Alzó, pues, la voz

a un ángulo de punteria calculado para larga distancia y gritó:

₂₀   – ¡Tu! ¡Dieeeego!

    Oyó tras de ella un ligero ruido y se volvió  a punto para atrapar a un muchacho por

el borde de la chaqueta y detener su vuelo.

    – ¡Ya estás!  ¡Que no se me haya ocurrido pensar en esa despensa!… ¿Qué estabas

haciendo ahí?

₂₅   -Nada.

    – ¿Nada? Mírate esas manos, mírate esa boca… ¿Qué es eso pegajoso?

    – No ló sé,tia.

    -Bueno; pues yo sí lo sé. Es dulce, eso es. Mil veces te he dicho que como no dejes

en paz ese dulce te voy a despellejar vivo. Dame esa vara.

₃₀    La vara se cernió en el aire. Aquello tomaba mal cariz.

    -¡Dios mio! ¡Mire lo que tiene detrás, tía!

    La anciana giró en redondo, recogiéndose las faldas para esquivar el peligro; y en el

mismo instante escapó el chico, se encaramó por la alta valla de tablas y desapareció

tras ella. Su tía Dioconda se quedó un momento sorprendida y después se echó a reír

₃₅ bondosamente.

    -¡Diablo de chico! ¡Cuándo acabaré de aprender sua mañas! ¡Cuántas jugarretas

como ésta no me habrá hecho, y aún le hago caso! Pero las viejas bobas somos más

bobas que nadie. Perro viejo no aprende gracias nuevas, como suele decirse. Pero,

¡Señor!, si no me la juega del mismo modo dos días seguidos, ¿cómo va una a saber

₄₀ por dónde irá a salir? Parece que adivina hasta dónde puede atormentarme antes

de que llegue a montar en cólera, y sabe, el muy pillo, que si logra desconcertarme o

hacerme reír ya todo se ha acabado y no soy capaz de pegarle. No ; la verdad es que

no cumplo mi deber para con este chico: ésa es la pura verdad. Tiene el diablo en el 

cuerpo; pero, ¡qué Le voy a hacer! Es el hijo de mi pobre hermana difunta, y no

₄₅ tengo entrañas para zurrarle. Cada vez que le dejo sin castigo me remuerde la

conciencia, y cada vez que le pego se me parte el corazón. ¡Todo sea por Dios! Pocos

son los dias del hombre nacido de mujer y llenos de tribulación, como dice la

Escritura, y así lo creo. Esta tarde se escapará del colegio y no tendré más remedio

que hacerle trabajar mañana como castigo.Cosa dura es obligarle a trabajar los

₅₀ sábados, cuando todos los chicos tienen asueto; pero aborrece el trabajo más que

ninguna otra cosa, y , o soy un poco rígida con él, o me convertiré en la perdición de

ese niño.

Diego hizo rabona, en efecto, y lo pasó en grande. Volvió a casa con el tiempo justo

para ayudar a Jim, el negrito, a aserrar la leña para el día siguiente y hacer astillas

antes de la cena; pero, al menos, llegó a tiempo para contar sus venturas a Jim

₅₅ mientras éste hacía tres cuartas partes de la tarea. Sid, el hermano menor de

Diego o mejor dicho, hermanastro, ya había dado fin a la suya de recoger astillas,

pues era un muchacho tranquilo, poco dado a aventuras ni calaveradas. Mientras

Diego cenaba y escamoteaba terrones de azúcar cuando la ocasión se le ofrecía, su

tía le hacía preguntas llenas de malicia y trastienda, con el intento hacerle picar el

60anzuelo y sonsacarle reveladoras confesiones. Como otras muchas personas,

igualmente sencillas y candorosas, se envanecía de poseer un talento especial para la

diplomacia tortuosa y sutil, y se complacía en mirar sus más óbvios y transparentes

artificios como maravillas de artera astucia.

    Así, le dijo: -Hacía bastante calor en escuela, Diego, ¿no es cierto?

₆₅   -Sí, señora.

    -Muchísimo calor, ¿verdad?

    -Sí, señora.

    -¿Y no te entraron ganas de irte a nadar?

    Diego sintió una vaga escama, un barrunto de alarmante sospecha. Examinó la cara

₇₀ de sua tía Gioconda, pero nada sacó en limpio. Así es que contestó:

    -No, tía; vamos…, no muchas.

    La anciana alargó la mano y le palpó la camisa.

    -Pero ahora no tienes demasiado calor, con todo.

    Y sendo quedó tan satisfecha por haber decubierto que la camisa estaba seca sin

₇₅ dejar traslucir que era aquello lo que tenía en las mientes. Pero bien sabía ya Diego

de dónde soplaba el viento. Así es que se apresuró a parar el próximo golpe.

    -Algunos chicos nos estuvimos echando agua por la cabeza. Aún la tengo húmeda.

    ¿Ve usted?

    La tía Gioconda se quedó mohína, pensando que no había advertido aquel detalle

₈₀ acusador, y además le había fallado un tiro.

www.wikipedia.org/adaptado

Trabajando el texto

1) Relaciona

2) Vuelve al texto y busca los verbos que siguen en la forma de pasado.

a) sentir

b) palpar

c) mirar

d) ir

e) decir

f) encaramarse 

g) quedarse 

h) volverse

i) oir

j) estar

k) agacharse

3) Marca (x) sí o (x) no en las asertivas sobre el texto.

a) La tía quiere encontrar una forma de demostrar que Diego le miente.

 (   ) sí   (   ) no

b) Al niño no le gusta trabajar.                                                          

 (   ) sí   (   ) no

c) El chico es malo.                                                                      

 (   ) sí   (   ) no

d) El texto afirma que ella se divierte con sus trampas.                   

  (   ) sí   (   ) no

e) A Diego le gusta estudiar.                                                            

  (   ) sí   (   ) no

f) La tía confía en él.                                                                     

  (   ) sí   (   ) no

4) Ahora, relaciona.

5) Enumere as ações na ordem em que elas ocorrem na história:

a) “Ela parou por um momento e disse, não com raiva, mas alto o suficiente para que os móveis ouvissem…” ( )

b) “A velha baixou os óculos e olhou, acima, ao redor da sala…” ( )

c) “Diego examinou o rosto de sua tia Gioconda…”( )

d) “A velha se aproximou e tocou sua camisa…” ( )

e) “Algumas pessoas estavam derramando água sobre nossas cabeças…”( )

Por Rosiane Fernandes Silva
Graduada em Letras